Noticias La guerra de precios hunde el resultado de Vodafone en España

08/11/2011

La crisis ha tenido un efecto inesperado en el sector español de telecomunicaciones. Por supuesto, la reducción del poder adquisitivo de los ciudadanos les ha llevado a frenar su gasto en telefonía, pero la caída ha sido contenida. El verdadero impacto ha llegado por otro lado: la huida de los clientes de unas operadoras hacia otras en busca de una menor factura a final de mes.

La percepción del precio y del coste de los servicios de telecomunicaciones se ha disparado. Y en España hay dos operadoras que han plagado los platos rotos: Telefónica (que opera con la marca Movistar) y Vodafone. Los abonados han desertado de estas compañías para acudir a las que consideran más baratas: Jazztel, Orange, Yoigo y los operadores móviles virtuales.

Esta situación ha provocado la reacción de las dos perdedoras. Ambas han bajado precios y han cambiado sus estrategias, pero los resultados están siendo distintos.

Así lo constatan las cifras de Vodafone en España en el primer semestre, que el grupo británico acaba de hacer públicas. El hundimiento es total: el Ebitda se desploma un 25% y los ingresos lo hacen a una tasa del 9,6% en el acumulado de los seis meses. Se mire por donde se mire, los números no son buenos: España se ha convertido en el farolillo rojo del que un día fuera líder mundial del móvil.

Pero un análisis más profundo muestra que hay un foco de esperanza en los resultados de Vodafone. Las cifras financieras hacen aguas, pero las operativas dicen justo lo contrario. La compañía ha captado 170.000 clientes de móvil en el trimestre y 21.000 usuarios de banda ancha. Telefónica, que publicará sus resultados el viernes, lo tiene complicado para igualar estas cifras.

¿Cómo se explica esta dualidad en el comportamiento de Vodafone? La realidad es que la operadora está en plena travesía por el desierto, en un momento de reposicionamiento total llamado a fraguar un futuro mejor (esa es la esperanza de la compañía), pero a costa de sufrir a corto plazo.
Según el plan diseñado para resucitar el negocio, Vodafone se ha planteado un escenario en el que ha rebajado precios (con el consiguiente efecto en ingresos y Ebitda) y le ha dado a la máquina de disparar el gasto para atraer clientes. Eso implica fuertes subvenciones de terminales, sobre todo los de gama más alta, y deriva en unos costes disparados.

El impacto en el presente no es otro que el hundimiento de los resultados. Y las cifras del semestre lo dejan claro. Pero junto a ello el objetivo es fidelizar a los usuarios con mejores tarifas, aumentar los contratos de permanencia de 18 a 24 meses y lograr que gasten más dinero (más del 40% de los clientes de Vodafone que contratan tarifas planas lo hacen por un importe igual o superior a 40 euros al mes) y compensar la caída de la voz con el internet móvil.

De ahí que los 170.000 clientes conseguidos en el último trimestre (que llevan el total a 17,35 millones) sean interpretados por la compañía como la constatación de que la estrategia dará sus frutos a medio plazo. Eso sí, mientras tanto toca sufrir.

La guerra de precios hunde el resultado de Vodafone en España

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